Preguntas frecuentes

Preguntas Frecuentes

Encuentra respuestas rápidas a las dudas más comunes sobre nuestros servicios.

Puedes pagar tu seguro de forma anual, semestral, trimestral o mensual, dependiendo del producto y la aseguradora. Lo importante es saber que mientras más fraccionado el pago, más alta será la prima total, ya que se agregan recargos. Algunas compañías te permiten pagar con tarjeta, transferencia o domiciliación automática. Es como pagar Netflix: tú decides si lo haces cada mes o todo el año, pero si eliges pagos mensuales, puede salir un poco más caro en total.

Al contratar un seguro nuevo, obtienes protección financiera contra imprevistos, acceso a redes médicas, indemnizaciones, asistencia y asesoría especializada, según el tipo de seguro. Además, algunas pólizas ofrecen servicios adicionales como telemedicina, checkups o descuentos. No solo es pagar por si pasa algo, también estás accediendo a servicios desde el día uno.

Sí, pero depende del tipo de cambio. Si deseas aumentar cobertura, normalmente se puede hacer en la renovación anual. Si es un cambio menor (como actualizar beneficiarios o datos), se puede hacer en cualquier momento. Todo cambio debe quedar por escrito y ser aceptado por la aseguradora, según lo establece la Ley sobre el Contrato de Seguro (Art. 19).

Tienes un período de gracia de 30 días naturales desde la fecha de vencimiento para pagar. Durante ese tiempo, sigues protegido. Si no pagas en ese plazo, se cancela la póliza automáticamente y pierdes la cobertura, incluso si ocurre un siniestro después. Esto está estipulado en la Ley de Instituciones de Seguros y Fianzas (LISF).

El deducible es la parte fija que tú pagas primero en un siniestro.

El coaseguro es un porcentaje del total restante que también te corresponde pagar. Por ejemplo: si te operan y el total es $100,000, y tienes un deducible de $10,000 y coaseguro del 10%, tú pagas los primeros $10,000 (deducible), y luego el 10% de lo que queda ($90,000), es decir $9,000 más.

Las exclusiones varían según el producto, pero algunas comunes son:
  • Enfermedades preexistentes no declaradas
  • Cirugías estéticas
  • Lesiones por participar en actos delictivos
  • Suicidio en el primer año en seguros de vida.
Estas exclusiones están claramente establecidas en las condiciones generales, avaladas por la CNSF.

Es el tiempo que debes esperar para que ciertas coberturas entren en vigor. Por ejemplo, para partos puede ser de 10 meses, y para ciertos padecimientos como hernias o rodilla, hasta 24 meses. Durante ese tiempo no se paga ningún siniestro relacionado con esa condición. Sirve para evitar que las personas contraten el seguro solo cuando ya saben que lo van a necesitar.

Sí, puedes tener dos seguros de salud o de vida, pero:
  • En Gastos Médicos, solo puedes reclamar en una aseguradora por evento.
  • En Vida, puedes tener varias pólizas y los beneficiarios recibirán el pago de cada una.
La AMIS recomienda informar a ambas aseguradoras si tienes doble cobertura.

Puedes:
  • Cambiar la frecuencia de pago o buscar una opción más accesible
  • Pedir una modificación temporal del plan (si aplica)
  • Cancelar la póliza. En seguros de vida con componente de ahorro, podrías incluso recuperar un porcentaje del valor acumulado. Es importante hablar con tu asesor antes de cancelar, porque perder la cobertura podría ponerte en riesgo financiero

Debe estar registrada y supervisada por la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF). Puedes verificar en su sitio oficial: www.gob.mx/cnsf. También puedes consultar su índice de reclamaciones en la CONDUSEF y ver si pertenece a la AMIS, lo cual garantiza que cumple con estándares éticos y financieros. Nunca contrates con alguien que no te dé póliza, carátula y condiciones generales claras.

Un agente profesional no solo vende seguros: te asesora, te orienta y te protege de contratar algo que no necesitas o que no entenderías bien. Muchos seguros tienen condiciones, exclusiones o detalles técnicos que pueden pasar desapercibidos. El agente te ayuda a elegir la cobertura correcta según tu situación real y tu presupuesto. Además, te acompaña en caso de siniestros o dudas, cosa que no hace un portal ni una app.

Porque dar solo un precio sin contexto puede ser irresponsable. Cada persona o familia tiene necesidades diferentes: edad, salud, ingresos, expectativas. Un seguro que parece “barato” puede no cubrir lo necesario. Por eso el agente necesita una cita: para escucharte, explicarte bien y darte una recomendación personalizada que de verdad te proteja. No es una venta rápida; es una decisión importante